La campaña de Navidad de ‘Campofrío‘ |
– ¡Quieto!, no sigas. – Eso es lo que todos me pedís, pero yo nunca me detengo. – ¡Muy bien chicos! Los pelos como escarpias. 15 minutos de descanso. – Vamos. – Anda que menudo papelónme ha tocado. – Pero de qué te quejas, hombre. Tú por lo menos no llevas maquillaje. – ¡Silvia! – ¿Pero cómo que yo no llevo maquillaje? – Te necesitamos dentro de un momento. – ¡Voy! – Vamos, que no llevo maquillaje dice. Esta mujer… – Hola, oye, ¡que no me ves! – ¡Ábreme, hijo! – Pero qué está pasando, yo no entiendo nada vamos… – ¡Eh! – ¿Pero no me veis? – Pero ¿por qué me ignoráis? – Ogggg, pero ¿quién va a querer esto? – Menudo cuadro. – Claro, preferís vivir como si la muerte no existiera. – ¡Dadme ese balón! – Es más fácil. – ¡Que estoy desmarcado! – Aunque solo yo sería capaz de poner a estos de acuerdo. – ¿Votos a favor de que me den? – ¡Que te den! – A ver, ¿quién os hace vivir cada día como si fuera el último? – ¡Viva los novios! – Yo os tuve que encerrar para que os reencontraríais con vuestros hijos. – Que ya tocaba. – Y aun así, no os atrevéis ni a nombrarme. – Y se quedó tiesa … – ¿Tiesa? Como recta. – No, no, no, no… que se fue al otro barrio. – Cambió de casa. – Que se fue a criar malvas… – ¿Es jardinera? – Ah, la diñó, pobre. – Yo te conozco. – ¿Usted puede verme? – Sí, claro. Y no me das ningún miedo. – ¿Sabes por qué? – Porque he vivido siempre como he querido. – ¡Olé ahí! – Lo que más duele es decir adiós. – Eso sí. – Así que… Hasta luego. – Soy un tostón lo sé, no para meteros miedo, sino para que seáis conscientes del milagro tan cojonudo que es estar vivo. – ¡Quique! ¿pero sigues vivo? – ¡Hombre Robinson! – Qué manía tenéis todos que suba. – ¿Qué tal por ahí arriba? – Por aquí estamos bien. Está Pau Donés con la guitarra, Chiquillo con los chistes… y nos os queremos ver por mucho tiempo. – Ah y que dice que apeteca de more naur. – Dile que ya se lo pagaré, que estamos a fin de mes. – Y quítate eso ya, ¿eh? – Adiós my friend. – ¡Hombre Quique! – ¿Dónde te habíais metido? – Si yo te contara… – La cosa está muy chunga. – No se puede uno ni achuchar, ni nada. – Anda vente aquí. – Es que ¿te digo una cosa? Solo podemos ir a mejor. – En mi caso a peor es imposible, o sea que… – Pero es increíble, no hay día por insignificante, extraño, o difícil que parezca, que no merezca la pena de ser vivido. – Solo me queda añadir: ¡Va por nosotros! |
Dedicado a los que se fueron. Y a todos los que siguen intentando cada día disfrutar del regalo de la vida. |